jueves, 16 de octubre de 2014

Me encanta que los planes salgan bien

Ay, los planes… qué bueno hacerlos, ¿verdad? Todo controlado y anotado. Además, yo soy de la generación de los que “me encanta que los planes salgan bien”, pero sin puro ni guantes de piel.

Tengo dos libretas, ambas repletas y de lo más heterogéneo en contenido. Y eso que me propongo firmemente que una sea sólo para el trabajo, pero no hay manera. Y tenerla limpia y ordenada, no llena de anotaciones, ideas, listas de la compra y tareas pendientes, mezcladas con un pargo rojo y un koi la mar de coloridos nadando por el espacio (más o menos por la zona de Ganímedes) y nombres de futbolistas y tácticas dudosamente posibles. O bocetos de tocados y sombreros en los márgenes… pero es mi pequeño caos, supongo.

Sentarme por la noche y repasar lo pendiente anotándolo me reconforta. No sé por qué, pero cuando hago una lista de propósitos y voy tachándolos al día siguiente me da subidón. Y si tacho todo, buah, la repera. Pero haz planes y luego las circunstancias te obligan a improvisarlo todo. Las listas están para incumplirlas, como las normas, me digo… Espero que no lea ésto un psicólogo.

Mis planes para mañana: “Uuuh Neeew York…” sonará Alicia Keys bien tempranito. Legañas fuera y arriba. Café sin corazón, cigarrillo rápido -sí, lo sé, I´m a terrible person- y primer vistazo a la lista: un básico (así llamo a un apaño de cosas de casa rápido), lavadora (no cabe un calcetín…) y al cole. Terminar el tocado de plumas que tengo empezado, (cómo me gusta… ay, que me emociono) y coser la peinecilla del de novia con ese brocado tan chulo…

No puedo olvidarme de bajar a por pan rallado o los filetes me los como yo… pequeños tiranos. Ah, y pasarme por el banco. E ir a pagar la contribución. Por supuesto, llamarán los de la ventana, hoy que tengo tanto trabajo, seguro, y será para contemplarla otra vez, que resulta que llueve y así no se puede hacer nada… Llueve, claro que llueve, estamos en octubre, lo suyo es que llueva. Claro, los cuatro meses que hemos pasado sin que caiga una gota no han tenido tiempo de pasarse…Y digo yo, tan bien que se la saben, ¿no sería mejor que se trajeran las herramientas un día que no llueva y arreglarla de una santa vez? No, claro, eso sería demasiado fácil.

No debo olvidar llamar al pediatra, que luego me quedo sin cita, nota mental: que no se me olvide, que no se me olvide. Esto me hace divagar… érase una vez hace muuucho muuucho tiempo, tod@s soñamos con tener un bar/pub/discoteca, según, y los nombres que me parecían más guays del mundo mundial eran los de medicamentos. Sí, puede que sea raro, vale, pero así era. Amoxicilina, Ventolín o Paracetamol, lo más de lo más. Menos mal que lo del negocio hostelero se me pasó en cuanto me dieron permiso para ir a la discoteca, porque hoy en día, solo de pensar en Amoxicilinas, Flixotides, Ventolines, Azitromizinas… (y paro porque esta lista sí que es larga) me entran sudores fríos. Por cierto, tengo que revisar las facturas de material… y ver si consigo sacar un hueco para leer ese tutorial que tanta falta me hace: “SEO para inútiles”.

Mmm… debería llamar a Mari a ver cómo quiere el canotier, que tengo unas ideas pero quería compartirlas con ella para concretar el diseño. Yo creo que si salgo de casa cinco minutos antes para recoger a Roque, mientras le espero, puedo leerme tranquilamente algún blog, un vistazo rápido a las redes sociales y contestar unos WhatsApp.

Bien, la mañana creo que la tengo controlada, me digo toda “chea”. Mientras comemos planeo la tarde y la noche, aunque tengo que preparar la mochila, creo que hoy toca Aloha… ¿o era fútbol? Bueno, da igual, preparo dos y listo. ¿Qué es ésto? Uff, un formulario, veeenga, lo relleno que parece interesante suscribirse, a ver… nombre, teléfono, profesión…: “volatinera con más bien mala suerte o persona estresada multidisciplinar”. A la fuerza ahorcan. Tal vez sea confuso, mejor no. Pero es que si pongo la verdad, creo que no me cabe. ¡También hago tocados!

A relajarme un poquito viendo la tele, venga va, que hoy acaba “Broadchurch” y, aunque me haya dormido antes de la media hora en todos los episodios, tengo mucha curiosidad por ver quién es el asesino. Vaya por dios… otra vez me despierta Isra con un dolor de cuello terrible por este maldito sofá… Bueno, no pasa nada, ya lo leeré mañana por internet… Parece que Roque no tose, genial.

“Uuuuh, Neeeew York…”¡Arriba! ¿Eso que oigo es mi hijo? Sí. Tose, y bastante…Miro la lista, pues hoy va a ser que no…




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